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Vuelve el cigarrillo electrónico
Analizamos las causas del aumento de ventas del cigarrillo electrónico en España, alcanzando prácticamente los niveles de demanda que se produjeron en los años 2013 y 2104.
Pocas veces una gadget ha estado tan envuelto en la polémica, tan de moda y tan en el ojo del huracán legislativo como el cigarrillo electrónico.
La cruzada por la salud y la lucha contra el cáncer en todo el mundo han hecho que la tecnología proponga alternativas para aquellos a los que les resulta imposible prescindir de su hábito de fumador pero les puede ayudar a hacerlo de una forma menos dañina. O, simplemente, como un primer paso para el abandono definitivo pero menos traumático del hábito de fumar.
El resurgimiento del cigarrillo electrónico
Durante el primer semestre de 2017 la venta de cigarrillos electrónicos ha presentado un crecimiento notable, alcanzando prácticamente los niveles de demanda que se produjeron en España en los años 2013 y 2104.
Más allá de la moda inicial y cierta demanda ansiosa por parte de los fumadores que veían absolutamente restringidas sus posibilidades de fumar en sitios públicos, el cigarrillo electronico, como tecnología, ha evolucionado logrando una mayor satisfacción de sus usuarios.
Los dispositivos han mejorado técnicamente de manera ostensible, especialmente debido a la mejora de autonomía y la producción de vapor que ofrecen los cigarrillos electrónicos tipo MOD, los más evolucionados dentro de esta familia de gadgets.
Olvídense de los antiguos vaporizadores. Un cigarrillo electrónico de tipo MOD no tiene nada que ver con esos modelos de hace 3 años donde había que estar continuamente pendiente de recargar la batería y cambiar las resistencias. Ahora un cigarrillo electrónico puede durar un día completo sin necesidad de recargar su batería y las resistencias duran semanas antes de necesitar ser reemplazadas.
La legislación del cigarrillo electrónico
Pero, sin duda, uno de los factores importantes ha sido la desaparición del vacío legal que alumbró hace unos años el uso masivo de estos dispositivos. Recientemente se ha legislado el cigarrillo electrónico en España, validándolo y haciendo entender a los usuarios que aunque no es inocuo al 100%, sí es un 95% menos dañino que el tabaco. Un espaldarazo que, por fin, cubre la desinformación oficial que había sobre su uso y que, sobre todo, elimina las dudas de los beneficios de su uso frente al cigarro convencional.
Por otra parte, los dispositivos han evolucionado también en su diseño y estética. Ahora son gadgets mucho más llevaderos, menos aparatosos y que empiezan a revestir cierta sofisticación en su diseño, lo que hace que muchos más usuarios lo usen sin reticencias e incluso lo recomienden a familiares y amigos que aún se resisten a entrar en el proceso para dejar de fumar. Ésta, posiblemente, sea una de las causas principales de la demanda de estos dispositivos.
Su tamaño y peso es donde mayor variación se ha notado, aumentando, pero normalmente es un circunstancia a la que pronto se acostumbra el usuario como contraprestación a los beneficios que recibe, del mismo modo que sabe que tendrá que llevar un smartphone más grande si quiere que éste tenga mayor potencia.
Igualando estadísticas de uso europeas
Por estos motivos enumerados anteriormente en España poco a poco nos vamos acercando a los niveles de aceptación social europeos, donde estos dispositivos se pueden ver en cualquier mano, en cualquier lugar y no resultan algo ya extraño para el público en general. Un uso que al principio, por desconocimiento general de la sociedad, podía suponer un handicap, especialmente para los vapeadores más tímidos, al relacionarse con el consumo de otras sustancias en lugar de con sus beneficios para los fumadores.
Bajo la tipología MOD se encuentran ya auténticos prodigios electrónicos que logran una experiencia altamente satisfactoria de su uso debido a la gran duración de la batería, la amplia producción de vapor y sabor, absolutamente regulable para adaptarlo al gusto de cada usuario y una conseguida estanqueidad que evita las molestas fugas de líquidos de los modelos iniciales haciendo de el acto de vaporear un sustitutivo del tabaco beneficioso para evitar el consumo dañino de altas dosis de nicotina.