La realidad aumentada ya la tenemos aquí, aunque todavía está en pañales.
Actualmente con nuestros móviles ya podemos interactuar con la realidad, pero desde una ventana muy pequeñita. Un ejemplo de ello serían los códigos QR, que al escanearlos obtenemos la información que necesitamos, todo ello gracias a los cada vez más sencillos generadores de códigos QR. Pero cada vez va a más y quien ha dado los primeros pasos para integrarla de manera activa en nuestra vida ha sido un dispositivo de Google, las Google Glass.
Pues bien, hoy os traemos un corto realizado por Keiichi Matsuda en donde se puede apreciar cómo será el mundo si la realidad aumentada, o AR, llega todavía más lejos de lo que propone el dispositivo de Google.
Como podéis apreciar, el corto está basado en un futuro no muy lejano en donde gracias a algún dispositivo integrado en nuestra cabeza, no se especifica si unas gafas o algo incluso más pequeño, todo a nuestro alrededor se convierte en elementos llamativos virtuales listos para interactuar. Desde juegos a publicidad, pasando por pequeñas mascotas que nos dan consejos a gurús espirituales a distancia. Como no, también aparece la figura del teleoperador, aunque a modo de videollamada, que nos ayuda si tenemos algún problema con nuestro dispositivo, o mejor dicho con nuestro software, integrado en la vida real.
Sí, el corto transmite una sensación de ansiedad que solo se calma cuando durante un momento el dispositivo se reinicia. De todas formas, aunque parezca lejano, la realidad aumentada ya está aquí, pero de momento solo en nuestros teléfonos, los cuales aún podemos dejarlos en el bolsillo sin que molesten.
Sin embargo, ¿estamos abocados realmente a esto? Es difícil que la gente pueda aguantar tantos elementos externos de distracción a la vez, aunque también es verdad que lo que aguantamos actualmente sería sumamente molesto para las personas que vivieran hace un siglo, por lo que no sería de extrañar que en breve estuvieramos más que acostumbrados a esto
Lo que es cierto es que, si sigue la tónica actual, estaremos abocados a un mundo así y, aunque ahora parezca imposible, el mundo que nos cuenta este corto no se encuentra tan lejos.
¿Es esta la viva imagen del capitalismo extremo?
